lunes, 7 de marzo de 2016

De: "La tercera es la vencida".-

VIERNES, 1 DE AGOSTO DE 2014

7 hs. 35'.-
23/06/2013

Despegué al amanecer de Melilla en el viejo STINSON "Voyageur" de 165 H.P. para ir hasta Rivera y aterrizar del lado brasilero. Allí iba a cargar 8 cajas de 50 cartones con cigarillos americanos, que habían llegado de Asunción, para llevar a Buenos Aires. Una mañana fría, pero linda. Disfrutaba del aire caliente de la cabina a 8.000 pies. Aterricé en Rivera, cargué las cajas y despegué enseguida. El cielo estaba despejado y la atmósfera tranquila. Trepé de nuevo a 8.000 pies con el tapete verde del Uruguay debajo; poco después ví el río Uruguay y un poco más adelante una larga línea gris que no me gustó.
Le dí un par de vueltitas a la manivela del estabilizador, que había en el techo para bajar un poquito la nariz del Stinson y convertir la altura en velocidad; gané 10 millas. A partir del río se extendía una enorme manta gris que tendría que pasar x debajo. 2.000, 1500, 1000 y seguí bajando. Con 500 pies las nubes me pasaban x arriba. Llegué a la pista 1 dónde me esperaría el auto con gasolina, pero no estaban. Me fuí al 3 que era el alternado y tampoco... que les habrá pasado?... (Después los tarados me dijeron que no habían ido xque pensaron que con ese tiempo yo no iba a ir...!; aún sabiendo que mi autonomía sería escasa para regresar. Tarados!). El frente frío que había entrado del Sur me apretaba cada vez + contra el suelo. Llegué al delta del Paraná volando con las ruedas rozando las copas de los árboles. De repente veo delante mio 2 palitos, que se movían de derecha a izquierda, un barco!; levanté el avión para que las ruedas zafaran del cable de acero que unía los 2 mástiles. Llegué al Río de la Plata y me pegué al agua. Minga de navegar, apenas miraba la brújula de vez en cuando. Llegué a la costa uruguaya sin saber dónde, claro. Crucé una carretera de asfalto y la seguí, debía ir a algún lado. Y ahora qué hago con los 80.000 cigarrillos que tengo a bordo? Los milicos no me iban a creer si les decía que era muy adicto.
De pronto llego a un pueblo que tuve que esquivar xque las antenas entraban en las nubes; volé unos minutos y ví un campo lindo y aterricé al lado de una cañada, dónde tiré las 8 cajas de cigarros que pesaban 17 kgs. c/u. Casi sin nafta, yo sólo y vacío, el Stinson era una mosca que aterrizaba y salía en cualquier lado. Despegué y puse rumbo a Montevideo sin saber bien dónde estaba y el plafond de que disponía para volar era la altura de los eucaliptus, xque las puntas se perdían en las nubes. Los pájaros con mejor criterio, habían dejado de volar ese día, pero tenía que alejarme un poco del lugar, donde había tirado los cigarros. Iba pegado al suelo saltando los alambrados y de pronto me decí cuenta que si no aterrizaba me iba a matar y ya estaba volando con el olor de los tanques. No había pa' elegir reduje la potencia del Franklin sin saber lo que había adelante y aterricé. Vacié toda la nafta del tanque izquierdo y la puse en el derecho para tener una idea de la que me quedaba. Después saqué toda la nafta del tanque derecho y la puse en el izquierdo. Al rato subió un poquito el plafond, lo que siempre ocurre en el centro de una perturbación y despegué de nuevo hasta que ví un pueblito, donde aterricé en el patio de una casa pa' preguntar dónde estaba. Vino una Sra. desconfiada hasta el avión y me preguntó: "Ud. no andará contrabandeando, no?..." "Pero Sra. por favor! venga a ver el avión si quiere..." (El avión sólo tenía mi asiento lo que denunciaba su condición de avión contrabandista).
Estaba en Ismael Cortinas (Corrales). Miré la carta: estaba cerca de Cardona, donde tenía un amigo que ya murió intoxicado por los plaguicidas y dueño de una exitosa empresa de fumigación aérea que ahora continúa su hijo en Mercedes. Era cerca y era fácil ir volando sobre la carretera y la línea férrea llegaría allí... o x lo -, era lo que yo creía.
Despegué antes de que a algún milico curioso y ambicioso para capturar un avión y arreglar su vida se le ocurriese venir a meter la nariz y me pegué a la vía. Pero llegó un momento de que, a pesar de ir rozando con las alas la copa de los eucaliptus, perdí de vista el suelo. Tenía instrumentos para volar IFR, pero cuando se terminara la nafta...?. Entonces me la jugué volando a ciegas y rasante hice un viraje y entré en descenso hasta que me parecieron unas piedras grises y antipáticas en el medio del parabrisas, en un campo verde al lado de la carretera donde aterricé. Miré el reloj: había volado 7.hs. 35'.
Apareció una camioneta FORD F-100 celeste que paró.: “- Pa' dónde vá, amigo?" "- Voy pa' Cardona "no me lleva?", "- Pero cómo no, suba!". Subí y le dije: "- Cuando lleguemos a Cardona lo invito a tomar algo que hoy es mi cumpleaños".
 (Hoy, no le mando la flor al Bebe, xque, creo, que no estaba de acuerdo con violar la ley).

P.D.: Otro día Les cuento como acaba el cuento.

No pasaron ni 24 horas, para que Miaucito (Jorge Rossi Rebufello) se pusiera a escribir como acaba la historia...

Les cuento como termina el cuento (Final de: 7 hs. 35').-
23/06/2013

Cuando llegué a Cardona me hospedé en el Hotel Elizondo y cené sus maravillosas perdices en escabeche, que ya conocía. Luego me fuí a mi habitación y desplegué las cartas aeronaúticas en el piso, para reconstruir el vuelo. Comencé a analizar las trayectorias y se me congeló la sangre: había recorrido un triángulo y había regresado casi al punto, donde había tirado los cigarros...! Había que rajar lo antes posible. Antes del amanecer llamé un taxi y me hice llevar hasta dónde había dejado el avión y con las primeras luces despegué, vine a Cardona a hacer combustible y me las tomé para Montevideo. Intenté recuperar los cigarros y fuí con 2 amigos + y poca plata, haciendo auto/stop hasta el lugar cerca de Cardona, pero ya no había nada claro. Después supe x qué.
Como había identificado geográficamente la cañada, donde había tirado las 8 cajas con cigarros comencé una investigación para saber su destino. Así identifiqué al dueño de un campo lindero, que tenía un CESSNA y pista de aterrizaje al que llamé x teléfono, pero nunca llegué a conocer, después les cuento x qué. Un tipo muy amable y con mucho humor con el que nos cagamos de risa xque me dijo: "- Pero qué cagada que se mandó amigo, del otro lado de la cañada después del alambrado comenzaba la cabecera de mi pista y en casa yo tenía nafta y aceite, si hubiera precisado yo le daba. Mi capataz encontró los cigarros y con la plata se compró un camioncito..."
Años después en un vuelo a Buenos Aires, desde San José, aterricé en la estancia y vinieron su compañera y su hija, pero él ya había fallecido.
Vieron lo que es la vida? La falta de visibilidad le puede cambiar el destino a uno.
Mirando restrospectivamente mi juventud desde mi vejez veo con nostalgia ese oficio digno, difícil y que exige coraje, que ejercía de piloto-contrabandista, donde saboreaba el ejercicio de mi anarco/individualismo, saltándome las imaginarias, convencionales y mentirosas fronteras a la torera, disfrutando la libertad del vuelo libre de interesadas trabas burocráticas como debe ser. Por qué cualquier pajarraco puede y yo nó que soy el Rey de la creación...?

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